A los 73 años se apagó la vida de una de las máximas representantes de la cultura pop, sea por su faceta de cantante como de actriz. Olivia Newton-John deja un vacío irremplazable en Hollywood después de regalarnos un clásico como Vaselina de la mano de John Travolta.
Aunque la familia de la nacida en Reino Unido y criada en Australia no precisó la razón de su muerte, se conoce que detrás de ello estuvo siempre una fuerte enfermedad: cáncer de mama. Durante 30 años Olivia enfrentó este padecimiento.
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— Jono (@jonoread) August 8, 2022
La primera vez que fue diagnosticada con esta enfermedad fue en 1992, poco después de la muerte de su padre; su hermana también falleció por cáncer. Después, en 2013, tras el deceso de su hermana mayor y al verse involucrada en un accidente de tráfico, volvieron a encontrarle un tumor cerca del hombro.
Sin embargo, la tercera fue la vencida. En 2017 se detectó que padecía de metástasis lo cual la llevó a decir adiós a los escenarios.
Tras esto, en 2018, se vio volviendo a aprender a caminar después de que, con la propagación del cáncer, se fracturase la base de la columna. «Estaba tan débil. Tenía un andador, un bastón y muletas, pero ahora estoy caminando», confesó la actriz en una entrevista a The Guardian.
«Ha sido parte de mi vida durante mucho tiempo, ya sentía que algo no iba bien. Siempre me preocupa cuando vuelve, pero pensé que lo superaría una vez más. (…) No sé quién sería ahora mismo sin el cáncer. Veo mi vida como un viaje y la enfermedad me dio un propósito, una forma de hacer las cosas y me enseñó mucho acerca de la compasión», fue una de sus últimas declaraciones.
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